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NUESTRA HISTORIA

El asentamiento poblacional  más antiguo constatado data de la etapa del calcolítico, ubicándose en la propia localidad de Valbuena de Duero, en el entorno de la Iglesia de Ntra. Sra. del Castillo. Posteriormente, en el municipio se hallan vestigios de poblamientos de la Edad de Bronce, la Edad de Hierro, romanos, visigodos y medievales. Entre ellos, destaca el poblamiento romano, entorno a la ermita de San Martín en la parte Oeste de la localidad de Valbuena de Duero.

 

Los datos históricos sobre la Villa de Valbuena se remontan comienzos del siglo XII, vinculados a la donación del lugar que hizo la reina Doña Urraca a la condesa Estefanía, hija del Conde Armengol; y esta lo cedió a su vez a la reina en 1143, dando paso a la construcción del Monasterio de Santa María de Valbuena.

 

En el siglo XIII, comienza la construcción de la Iglesia de Ntra. Sra. del Castillo. 

 

Ya en el reinado de Pedro I (1334-1369), Valbuena pertenecía al Obispado de Palencia en la Merindad del Cerrato, correspondiéndole al Abad del Monasterio el regir los destinos de ambos: pueblo y monasterio. En petición de defensa, el abad dio el lugar a Ruy González de Castañeda.

 

Durante varios siglos, diferentes Reyes, entre ellos Fernando “el Católico”, Carlos I y Felipe III, se acercaron en variadas ocasiones para disfrutar de la caza en los montes de Valbuena, realizan rutas de significativa relevancia que pasan por el municipio y descansan en el “Salón del Rey” del cenobio cisterciense. 

 

En Valladolid, el 15 de marzo de 1523Carlos I concedió Cédula para que el lugar, cuya jurisdicción civil y criminal pertenecía al monasterio, admitiese a una persona nombrada por el Abad, al ser tomadas las cuentas de su consejo. Los cargos concejiles, el alcalde y oficiales eran nombrados por los salientes previa aceptación del Monasterio. El mismo Emperador otorgó en 1553 privilegio desmembrando la jurisdicción del Monasterio.

 

En la villa, existía un puente que cruzaba el Duero, que fue destruido durante las revueltas de los comuneros de Castilla.

 

Doña Juana, Princesa de Portugal, Infanta de España y Gobernadora del reino, vendió a la Villa de Valbuena de Duero la jurisdicción, vasallaje y señorío que en ella tenía el monasterio, en 1556. A finales del siglo XVI pertenecía en lo civil a la tierra de Villafrechós, provincia de Valladolid, dependiendo en lo eclesiástico del Arciprestazgo de Peñafiel, Obispado de Palencia.

 

En 1715 era Señor y Marqués de Valbuena de Duero D. Antonio Ibáñez de la Riva Herrera.

 

A finales del siglo XVIII Valbuena era Villa de Señorío, con alcalde ordinario en el partido de Peñafiel.

 

Del libro de Enrique Valdivieso “Catálogo monumental de la provincia de Valladolid”, Tomo VIII, Antiguo partido judicial de Peñafiel, editado por la Excma. Diputación Provincial de Valladolid, 1975, se extraen los siguientes datos:

 

“El pueblo está situado en la margen derecha del curso del río Duero, y posee un modesto caserío levantado en adobe y ladrillo. Un arco de entrada, de piedra, resto de una muralla medieval, sirve de ingreso a la plaza del pueblo; esta muralla se observa en algunas partes más, sobresaliendo a duras penas de las casas que, adosadas a ella la ocultan”.

 

Hace más de 50 años, se crea la pedanía de San Bernardo, por el Instituto Nacional de Colonización, a los pies del Monasterio cisterciense de Santa María de Valbuena, con una estética homogénea que le dota de identidad propia. La nueva localidad se integra con población que se ve obligada a emigrar por la construcción de los embalses de Entrepeñas y Buendía, y población procedente de Valbuena de Duero. 


Ubicado en el seno de la Ribera de Duero, junto a Valbuena de Duero, constituye un entorno homogéneo, delimitado por un conjunto de rutas, que se ha venido a denominar ‘El Anillo del Duero’, el cual está integrado por una amplia variedad de recursos enológicos, culturales y naturales. 

 

Valbuena de Duero y San Bernardo, constituyen los dos núcleos poblacionales fundamentales del municipio; sin embargo, existen otros como los Jaramieles o Monte Alto, que, en su día, contaban con notoriedad. Significación especial adquiere la Finca Vega Sicilia, en la que se encuentra la emblemática bodega del mismo nombre, baluarte de prestigio vitivinícola internacional. 

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